Felicidad

Las cuatro cosas de las que 'pasa' por completo la gente más feliz



Aunque quizás no podamos aprender a ser más felices, si sabemos lo que nos hace infelices. Hay que tener actitud para enfrentarse al día con buena cara.





1.Ignora los juicios de los demás


Las personas felices están seguras de sí mismas, de lo que son y de aquello en lo que creen. Hacen un esfuerzo consciente en no dejar que los juicios y las opiniones de los demás afecten a su estado de ánimo o a sus preferencias en la vida. Se centran en sustituir la autocrítica por compasión y no dejan que las opiniones de los demás tengan cabida en su cabeza.





2.Ignora las preocupaciones acerca de aquello que no puedes cambiar


No gastes tiempo y energía preocupándote por cosas que no te competen o sobre las que no tienes influencia alguna. Tu inquietud no mejorará para nada la situación que te tiene en vilo y sólo aumentará tu nivel de estrés, tu obsesión con el problema y la frustración por no poder hacer nada al respecto. Deja el problema estar y céntrate en aquello sobre lo que realmente tienes alguna influencia.



3.Ignora el sufrimiento de tener que trabajar duro para obtener lo que deseas

Las personas felices se crecen ante un reto y disfrutan de su día a día a pesar de los obstáculos que encuentran en su camino. Además, cuanto mayor y más difícil sea el esfuerzo destinado a conseguir lo que deseas, más sentirás que habrá valido la pena.

4.Ignora la comparación obsesiva con los demás


Busca rodearte de gente valiente e inspiradora, que te aporte el coraje y la ambición para mantenerte en el camino que deseas. No compares tu vida con la de los demás ni evalúes tus éxitos y fracasos en función a los otros. Halonen insiste en que esto es especialmente importante en la era informática en que vivimos, donde todo el mundo puede fardar (con o sin motivo) en las redes sociales. Que alguien suba una foto feliz o disfrutando no significa que se halle en ese estado las veinticuatro horas del día.

Debes evaluarte sólo en relación contigo mismo y mejorar la persona que eras ayer, pero olvida en qué lugar estás en función de los demás. La gente feliz lo hace, y le funciona.


Estas son las cuatro principales conclusiones sobre la felicidad y el desarrollo personal a las que han llegado investigaciones



1. La felicidad es el amor



George Valliant, que comenzó a tomar las riendas del estudio Grant en el año 1966,publicó en 2013 un libro con las conclusiones que ha obtenido de su larga experiencia investigadora: Triumphs of Experience (Belknap Press). Valliant, que ya goza de una avanzada edad (tiene casi 80 años), cree que los datos son complejos pero la fórmula es sencilla: la felicidad es el amor, ni más ni menos. Como él mismo ha afirmado en alguna ocasión, “los setenta y cinco años y veinte millones de dólares gastados en el Grant Project apuntan a una única conclusión que se puede reducir a cinco palabras: “la felicidad es el amor. Punto”. Lo importante, indica Valliant, no son sólo las relaciones de pareja, sino también la calidez de las relaciones personales que mantenemos: el mejor garante de nuestra felicidad y salud.


El estudio Terman llega a conclusiones similares: tener una gran red de amistades y cultivar éstas añade años a tu vida. Y, además, las personas casadas y con muchos amigos, tienen más facilidades económicas. Los 58 hombres participantes en el estudio con más amigos ganaban una media de 243.000 dólares al año. Por el contrario, los 31 hombres con peor puntuación en relaciones sociales tenían un salario medio de 102.000 dólares: menos de la mitad.


2. Las personas concienzudas viven más


El estrés puede provocar ansiedad, y la ansiedad depresión, pero determinados niveles de éste no sólo no son malos: son necesarios. Las personas que viven sin preocupaciones, y no están motivadas, viven menos.Son las personas que trabajan duro y se esfuerzan las que tienen mejor salud y son más felices.

Ser concienzudas según se explica en el libro The Longevity Project, que reúne las principales conclusiones del estudio Terman, las personas más exitosas y más ambiciosas fueron las que vivieron más. De hecho, aquellos hombres más despreocupados y poco responsables, presentaban un descenso impresionante en su esperanza de vida.

La mala noticia es que ambición y felicidad no siempre van de la mano. “No fue la gente más feliz o más relajada la que vivió más”, explica los investigadores en The Longevity Project. “Fueron aquellos que estaban más centrados en perseguir sus objetivos”. Ser concienzudo es la cualidad analizada en el estudio Truman que está más íntimamente ligada con la longevidad. Fueron los niños más atentos y responsables los que vivieron más años.

3. Sé optimista, pero preocúpate cuando sea necesario

Como norma general creemos que el optimismo incrementa nuestra satisfacción vital, y es cierto, pero según el estudio Terman, no necesariamente hace que tengamos una vida más saludable. “Cuando miramos a través de las décadas las vidas de los niños del estudio que vivieron tiempo, encontramos uno de los mayores bombazos de nuestro proyecto: los niños alegres y optimistas eran menos propensos a vivir hasta una edad avanzada que sus compañeros más formales y sobrios”, explican los autores de The Longevity Project.

El estudio Grant puntualiza que las personas neuróticas están menos satisfechas con su vida y tienen peor salud, pero las personas que se preocupan razonablemente de lo que les pasa, son más felices y viven más.

4. Ten una infancia feliz, pero no desesperes


Este punto parece difícil de alcanzar cuando ya se tiene una edad y no se puede viajar atrás en el tiempo, pero si queremos que nuestros hijos sean felices cuando sean mayores más nos vale preocuparnos de su bienestar: se lo pondremos mucho más fácil.


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